martes, 15 de diciembre de 2009

Juegos infantiles


Tomó una cuerda y trató de ahorcarse. Sus manos jalaban con fuerza, lágrimas cayeron por su rostro, la angustia se multiplicó.

Era la primera vez que intentaba suicidarse y no sería la última. Con 7 años de vida pronto entendería que para ahorcarse no bastaba con la fuerza que tuvieran sus brazos, era necesario colgar. La habían golpeado puños en su rostro y una correa de cuero en la espalda; la habían dejado encerrada en su pieza para descansar. Quiso detener una pelea de sus padres.

Sin embargo esto no era razón para actuar el suicidio, más aún no había dolor en su conciencia, no había malestar en su condición. Su cuerpo anestesiado, de muerto viviente, poco y nada sentía. Si es que había tratado de ahorcarse era para sentir, llorar y poder enfrentarse con un vacio desolador como el de la angustia.

Una niña de 7 años jugando. Una niña que cuando juega, tan solo quiera que la miren y la hagan llorar.

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